China

Pekín ajusta su presupuesto a mitad de año (como en 2008) e inyecta liquidez (733.000 millones de yuanes) para intentar capear el reventón de la burbuja inmobiliaria, que amenaza con gripar una economía muy endeudada. Por el momento ha logrado un crecimiento real del PIB del 4,9% interanual en el tercer trimestre del año.


Texto: Vladimir Oleinikov y Christoph Siepmann (Generali Investments)


LOS MERCADOS se han asustado por el temor a una “japonización” de China, que supondría un periodo de bajo crecimiento, inflación y tipos de interés deprimidos, como ocurrió en Japón a causa de una recesión del balance en los años noventa.

Las similitudes son llamativas, incluido un sector inmobiliario en dificultades tras una prolongada subida de precios, un fuerte y rápido reapalancamiento, una demografía adversa, riesgos de deflación y una corrección de las cotizaciones bursátiles.

Sin embargo, los precios inmobiliarios chinos han aumentado menos que en Japón y su mercado bursátil está menos sobrevalorado. La morosidad estimada en el sector inmobiliario parece más digerible para los bancos. Y lo que es más importante, los entornos institucionales difieren, ya que China ejerce un control mucho mayor sobre los precios inmobiliarios, los promotores, los bancos y, por tanto, las necesidades de desapalancamiento.

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