EEUU Wall Street

Si produces dinero de la nada todo el mundo huye de él, y se refugia en activos reales (¿se asombran los políticos del precio de la vivienda?) o en bitcoin, que con el ‘halving’ toca nuevos máximos, como el oro… mientras, las valoraciones en bolsa alcanzan niveles sólo vistos en movimientos pre crash.


Texto: Julio López (Attitude Gestión SGIIC)


EN 1675 HENNING BRAND se convenció de que podía destilarse oro de la orina humana (parece ser que la similitud cromática fue uno de los factores que influyeron en su apreciación). Reunió cincuenta cubos de orina humana y los tuvo varios meses en el sótano de su casa: mediante diversos procesos misteriosos convirtió primero esta orina en una sustancia tóxica y luego en una sustancia cérea y traslúcida. Nada de esto produjo oro, claro está, pero sucedió una cosa extraña e interesante. Al cabo de un tiempo, la sustancia empezó a brillar. Además, al exponerla al aire, rompía a arder en llamas espontáneamente con bastante frecuencia. Las posibilidades comerciales del nuevo material (que pronto pasó a llamarse fósforo, de las raíces latina y griega que significan “portador de luz”) no pasaron inadvertidas a negociantes codiciosos, pero las dificultades de la manufactura del fósforo lo hacían demasiado costoso para que pudiera explotarse. Treinta gramos de fósforo se vendían por seis guineas, más que el oro. Al principio se recurrió a los soldados para que proporcionaran la materia prima, pero eso no permitía su explotación a escala industrial. En 1750 un químico sueco, Carl Scheele ideó un medio de fabricar fósforo en grandes cantidades sin la porquería del olor a orina. Por su maestría en la manufactura del fósforo, los suecos se convirtieron en destacados productores de cerillas.

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