“La contracción del -1,2% del volumen del comercio de mercancías en 2023 se debió principalmente a Europa… El valor en dólares cayó un 5% -en parte por la caída de los precios de productos básicos como el petróleo y el gas-  y se situó en 24 billones de dólares; pero este descenso se vio compensado en su mayor parte por la fuerte subida del comercio de servicios comerciales, que aumentó un 9% hasta los 7,5 billones de dólares debido a la recuperación de los viajes internacionales y el aumento de los servicios prestados digitalmente”.


Texto: ORGANIZACIÓN MUNDIAL DEL COMERCIO
Trade Outlook April 2024.


Se prevé que el volumen del comercio mundial de mercancías crezca un 2,6% en 2024 y un 3,3% en 2025, tras disminuir más de lo previsto en 2023, un -1,2%. La demanda de importaciones en términos reales fue débil en 2023 en la mayoría de las regiones, especialmente en Europa, pero también en América del Norte y Asia. Las principales excepciones fueron Oriente Medio y la región de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), donde las importaciones registraron un fuerte aumento.

• El crecimiento del PIB real mundial a tipos de cambio de mercado disminuyó del 3,1% en 2022 al 2,7% en 2023, pero se espera que se mantenga en general estable en los próximos dos años y se sitúe en el 2,6% en 2024 y el 2,7% en 2025. El contraste entre el crecimiento sostenido del PIB y la desaceleración del volumen del comercio de mercancías guarda relación con las presiones inflacionarias, que tuvieron un efecto a la baja en el consumo de mercancías que generan mucho comercio, en particular en las principales economías comerciantes.

• El valor en dólares de los Estados Unidos del comercio mundial de mercancías disminuyó un 5% en 2023 y se situó en 24,01 billones de dólares EE.UU., pero este descenso se vio compensado en su mayor parte por la fuerte subida del comercio de servicios comerciales, que aumentó un 9%, hasta los 7,54 billones de dólares EE.UU. La disminución de las exportaciones de mercancías se debió en parte a la caída de los precios de productos básicos como el petróleo y el gas. Por su parte, el comercio de servicios comerciales experimentó un alza debido a la recuperación de los viajes internacionales y el aumento de los servicios prestados digitalmente.


“Pese a la sucesión de conmociones el comercio mundial ha dado muestras de resiliencia. A finales de 2023, el volumen del comercio de mercancías aumentó un 6,3% con respecto a 2019. Los servicios comerciales también crecieron, con un aumento anual de los valores en USD del 21% entre 2019 y 2023”


• El comercio mundial ha mostrado una resiliencia notable en los últimos años, a pesar de la sucesión de varias conmociones económicas importantes. A finales de 2023, el volumen del comercio de mercancías aumentó un 6,3% con respecto a 2019. Los servicios comerciales también crecieron, con un aumento anual de los valores en dólares de los Estados Unidos del 21% entre 2019 y 2023.

• En 2024 y 2025, se espera que la inflación disminuya gradualmente, lo que permitirá que los ingresos reales vuelvan a aumentar en las economías avanzadas e impulsará el consumo de productos manufacturados. La recuperación de la demanda de productos comercializables en 2024 resulta ya evidente, y guarda relación con el aumento del consumo de los hogares vinculado a la mejora de las perspectivas de ingresos.

1
El crecimiento del comercio se recuperará gradualmente en 2024, a pesar de los conflictos regionales y las tensiones geopolíticas

Se prevé que el volumen del comercio mundial de mercancías crezca un 2,6% en 2024 y un 3,3% en 2025, al resurgir la demanda de mercancías objeto de comercio tras la contracción experimentada en 2023. El volumen del comercio disminuyó un 1,2% el año pasado tras crecer un 3,0% en 2022, a pesar del estallido de la guerra en Ucrania. La persistencia de los efectos de los elevados precios de la energía y la inflación pesaron especialmente en la demanda de productos manufacturados que generan mucho comercio, pero en los próximos dos años se debería producir una recuperación gradual, a medida que se vayan reduciendo las presiones inflacionarias y vayan mejorando los ingresos reales de los hogares.

El descenso relativamente pequeño registrado por el comercio de mercancías en 2023, del 1,2%, impide apreciar una fuerte variación regional, ya que la demanda de importaciones cayó bruscamente en Europa, disminuyó en América del Norte, se mantuvo estable en Asia y aumentó en las principales economías exportadoras de combustibles. La debilidad de la demanda redujo los volúmenes de exportación en Europa e impidió una recuperación más fuerte en Asia, mientras que el panorama en otras regiones fue dispar. Si se confirman las previsiones, Asia aportará más al crecimiento del volumen del comercio en 2024 y 2025.

El volumen del comercio de mercancías superó con creces el nivel anterior a la pandemia en 2023 y solo disminuyó ligeramente en el cuarto trimestre en comparación con el primer trimestre de 2022 (-0,6%). El nivel máximo del volumen del comercio registrado en el tercer trimestre de 2022 podría reflejar en parte el gran aumento de los precios de los productos básicos que se produjo a lo largo del año, quizá no recogido completamente hasta entonces en las estadísticas comerciales de las economías declarantes. Fuera de ese período, cabe hablar más de estabilidad que de declive del comercio en 2023.

El valor en dólares corrientes de los Estados Unidos del comercio mundial de mercancías (medido sobre la base del promedio de las exportaciones y las importaciones) se redujo un 5% en 2023, con lo que quedó en 24,01 billones de dólares EE.UU. El descenso por lo que respecta a las exportaciones se debió sobre todo a la Federación de Rusia, cuyas exportaciones se desplomaron un 28%, así como a las economías asiáticas basadas en las manufacturas, como China (-5%), el Japón (-4%) y la República de Corea (-8%). Otras economías importantes registraron descensos menores o incluso cierto crecimiento, como muestran los casos de los Estados Unidos (-2%), Alemania (+1%) o México (+3%). En conjunto, las exportaciones de la Unión Europea al resto del mundo aumentaron un 2%, mientras que el comercio interno de la UE disminuyó un 1%, con lo que las exportaciones totales se mantuvieron estables en dólares de los Estados Unidos.

Por su parte, las importaciones de mercancías disminuyeron en la mayoría de las economías debido en parte a la caída de los precios de productos básicos como el gas natural, cuyo precio disminuyó un 63% en promedio en 2023. Todas las principales economías registraron una disminución, salvo en el caso de unos pocos grandes exportadores de energía, como los Emiratos Árabes Unidos (+7%), la Federación de Rusia (+10%) y la Arabia Saudita (+11%).

A diferencia del comercio de mercancías, el valor en dólares de los Estados Unidos del comercio mundial de servicios comerciales aumentó un 9% en 2023, hasta situarse en 7,54 billones de dólares EE.UU., al seguir recuperándose de la pandemia de COVID-19 el gasto en viajes y otros servicios. El aumento del comercio de servicios compensó parcialmente la contracción del comercio de mercancías en 2023, con lo que las exportaciones mundiales de bienes y servicios comerciales, sobre la base de la balanza de pagos, se redujeron solo un 2% en 2023 y quedaron en 30,8 billones de dólares EE.UU.

El crecimiento del PIB mundial también se desaceleró en 2023, pero no tanto como el crecimiento del volumen del comercio. El crecimiento del PIB real (ponderado con arreglo a los tipos de cambio de mercado) disminuyó al 2,7% en 2023, frente al 3,1% del año anterior. Se prevé que el crecimiento del PIB se mantenga en general estable en los dos próximos años: bajará ligeramente al 2,6% en 2024 y volverá al 2,7% en 2025.

CRECIMIENTO DEL VOLUMEN DEL COMERCIO MUNDIAL DE MERCANCÍAS Y EL PIB MUNDIAL. 2018-2025

Nota: Las cifras correspondientes a 2024 y 2025 son previsiones. El comercio de mercancías creció un 2,5% anual en promedio entre 2010 y 2023, mientras que el crecimiento del PIB fue del 2,7%.
Fuentes: OMC para los datos sobre el volumen del comercio de mercancías y estimaciones de consenso para el PIB.

Hay mucha incertidumbre en lo que respecta a la previsión actual debido al gran número de factores de riesgo a los que se enfrenta la economía mundial, como puedan ser los conflictos regionales, las tensiones geopolíticas y el aumento del proteccionismo. Esta incertidumbre está representada por los márgenes de error que están sesgados en un sentido negativo, ya que se considera que los riesgos apuntan más bien a la baja. Si se cumplen las previsiones actuales, el crecimiento del volumen del comercio de mercancías en 2024 podría situarse entre un máximo del 5,8% y un mínimo del -1,6%.

2
Factores que impulsan el comercio

En los últimos años, el comercio mundial se ha visto afectado por una combinación de factores desfavorables, lo que se ha venido en llamar una “policrisis”. Estos factores abarcan una serie de conmociones de la oferta y la demanda relacionadas con la pandemia de COVID-19, las perturbaciones de las cadenas de suministro y los efectos de una mayor incertidumbre en la política comercial debido a rivalidades geopolíticas. A pesar de esas dificultades, el comercio mundial de mercancías ha mostrado una notable resiliencia en los últimos cuatro años. El volumen del comercio de mercancías en el cuarto trimestre de 2023 se mantuvo un 6,3% por encima del nivel máximo anterior a la pandemia, alcanzado en el tercer trimestre de 2019, y un 19,1% por encima del nivel medio de 2015. Mientras tanto, el comercio de servicios comerciales también registró un fuerte crecimiento, con un aumento del 21% del valor en dólares de los Estados Unidos en comparación con 2019.


“Se prevé que el volumen del comercio mundial de mercancías crezca un 2,6% en 2024… Pero hay mucha incertidumbre debido al gran número de factores de riesgo a los que se enfrenta la economía mundial: conflictos regionales, tensiones geopolíticas, aumento del proteccionismo. Podría ir de un máximo de +5.8% a un mínimo de -1,6%”


El inicio de la COVID-19 provocó una disminución del 15,4% del volumen del comercio de mercancías en el segundo trimestre de 2020. Sin embargo, en el primer trimestre de 2021, el comercio se había recuperado y registró un aumento del 20,6%, con lo que se superó el nivel máximo anterior a la pandemia. Además, el comercio fue fundamental para facilitar la entrega de medicamentos y productos alimenticios esenciales, tanto durante la pandemia como tras el comienzo de la guerra en Ucrania.

Las condiciones macroeconómicas y la guerra en Ucrania hicieron que las presiones inflacionarias limitaran los salarios y los ingresos reales en 2022 y 2023, en particular en las economías avanzadas. Esto, a su vez, redujo la demanda de importaciones en 2023, lo que contribuyó a la revisión a la baja de las previsiones comerciales de la OMC con respecto al año anterior. También es posible que el aumento del consumo de servicios tras la pandemia desviara parte del gasto anteriormente destinado a las mercancías.

La inflación general alcanzó su nivel máximo en 2022, pero la inflación subyacente se mantuvo elevada en 2023. Al igual que los tipos de interés, los precios de la energía reaccionaron aparentemente con retraso, ya que muchos consumidores no vieron reflejado el aumento de los precios en su factura hasta 2023, mucho después de que se alcanzaran los precios máximos en el mercado al contado. Los elevados precios de la energía repercutieron en los costos de producción de productos comercializables que hacen un uso intensivo de energía, como los productos químicos y otros productos intermedios. Además, la política de atajar la inflación mediante la subida de los tipos de interés también tuvo efectos: al pasar a terreno positivo los tipos de interés reales, los agentes económicos como los hogares y las empresas se vieron obligados a tener en cuenta los costos reales de los préstamos en sus decisiones de consumo e inversión.

En 2023, la “brecha” entre el crecimiento del PIB mundial, que siguió siendo positivo, y el crecimiento del volumen del comercio mundial de mercancías, que pasó a ser negativo, se puede atribuir a las dificultades macroeconómicas causadas principalmente por las presiones inflacionarias. La inflación afectó al comercio tanto en lo que respecta a la composición por productos como a la distribución geográfica. En primer lugar, la inflación redujo el consumo de productos manufacturados, especialmente los que tienen un alto contenido de importaciones, en comparación con los servicios. En segundo lugar, afectó más a los ingresos reales y el consumo dentro de la UE, ya que los precios de la energía aumentaron más en la UE que en otras economías. Esto hizo que el comercio se contrajera más que el PIB a nivel mundial, ya que la UE tiene más peso en el comercio mundial de mercancías (30% en 2023) que en el PIB mundial (24% ese mismo año). La combinación de estos dos factores puede dar cuenta en gran medida de la divergencia entre el comercio y el PIB el año pasado.

A la inversa, se espera que la disminución de la inflación en 2024 dé lugar a una recuperación del consumo de productos manufacturados, que debería impulsar el crecimiento del volumen del comercio de mercancías en 2024 y 2025. Si la bajada de la inflación observada de un tiempo a esta parte se mantiene, los responsables de la formulación de políticas acabarán recortando los tipos de interés. Aunque sea con cierto retraso, esto debería estimular el gasto en inversión, que da lugar a un comercio intensivo de bienes de capital. A medida que la presión ejercida por los costos se vaya rebajando y aumente la confianza de las empresas de la UE, el consumo y la inversión deberían estabilizarse en 2024 y fortalecerse aún más en 2025.

Precios e inflación
Los precios de los productos primarios aumentaron enormemente a raíz de la guerra en Ucrania, como resultado de la pugna de las diferentes economías por acceder a los recursos naturales esenciales y a los suministros de alimentos. Estos aumentos espolearon la inflación, que ya se estaba acelerando en las economías avanzadas debido a las perturbaciones de las cadenas de suministro y a las medidas de estímulo relacionadas con la pandemia de COVID-19. Los índices de precios de los productos básicos han bajado con respecto a los niveles máximos registrados en el segundo semestre de 2022, pero en el primer trimestre de 2024 la mayoría de ellos sigue estando muy por encima de los niveles anteriores a la pandemia.

En los dos primeros meses de 2024, los precios mundiales de la energía disminuyeron un 41% en promedio con respecto a su nivel máximo más reciente, pero seguían estando un 30% por encima de los precios de 2019. El precio medio del petróleo crudo desde el comienzo del año también disminuyó un 30% con respecto a su nivel máximo en 2022, pero seguía estando un 29% por encima de su nivel de 2019. Los precios del gas natural en los Estados Unidos fueron una excepción a esta tendencia, ya que los precios medios en enero-febrero disminuyeron un 4% con respecto a 2019. Sin embargo, los precios del gas en Europa y el Japón seguían estando un 84% y el 35% por encima, respectivamente, si tomamos como referencia el mismo período.


“Los precios de alimentos, cereales y abonos son considerablemente más elevados que en 2019, con aumentos del 35%, el 45% y el 44%… En los dos primeros meses de 2024 los precios mundiales de la energía disminuyeron un 41% respecto a su máximo reciente pero seguían un 30% por encima de los de 2019”


En cuanto a los productos e insumos agropecuarios, los precios de los alimentos, los cereales y los abonos fueron considerablemente más elevados en 2024 que en 2019, con aumentos del 35%, el 45% y el 44%, respectivamente. Los elevados precios de la energía en Europa, en particular en el caso del gas natural, han tenido efectos negativos en las economías de la UE, como Alemania, que producen y exportan productos manufacturados que hacen un uso intensivo de la energía.

Desde principios de 2022, los bancos centrales de las economías avanzadas han aumentado los tipos de interés para frenar las presiones inflacionarias que erosionan los ingresos y reducen el consumo de mercancías, incluidas las importadas. Los tipos de interés en los Estados Unidos aumentaron del 0,1% en febrero de 2022 al 5,4% en agosto de 2023, nivel en el que seguían estando en marzo de 2024. Análogamente, los tipos de interés en la zona del euro aumentaron del 0,0% en junio de 2022 al 4,5% el pasado mes de octubre y se han mantenido en ese nivel. Los bancos centrales de muchas economías en desarrollo también elevaron los tipos hasta los niveles más altos desde hacía años, como ejemplifican los casos del Brasil (actualmente con tipos del 11,8%) y Sudáfrica (actualmente con tipos del 8,3%).

Esta política monetaria más estricta ha logrado en gran medida reducir la inflación, pero los responsables de la formulación de políticas se enfrentan a la difícil decisión de cómo ir suavizando esas políticas. En los Estados Unidos, la inflación del índice de precios de consumo (IPC) ha disminuido de un máximo del 9,1% en junio de 2022 al 3,2% en febrero de 2024, mientras que la inflación en la UE disminuyó de un máximo del 10,6% en octubre de 2022 al 2,6% en febrero. La desaceleración del crecimiento de los precios de consumo, sumada a los fuertes aumentos salariales, debería impulsar los ingresos y el consumo de los hogares en esas economías en 2024, aunque es posible que los tipos de interés elevados sigan pesando en la inversión empresarial y el gasto en bienes duraderos durante cierto tiempo.

La situación es un tanto distinta en el caso del Japón y China. En el Japón, la inflación ha aumentado a un nivel moderado (2,2% en enero) después de años de tendencia deflacionaria, pero los tipos de interés solo se elevaron al 0,1% en marzo del presente año, poniendo fin a largos años de política de tipos negativos. En el caso de China, los tipos de interés se redujeron al 3,5% en 2023 para evitar que se asentase la deflación. Estas medidas deberían contribuir a estabilizar la inflación y los tipos de interés en niveles bajos en ambos países y promover la recuperación del comercio en Asia.

Crecimiento del volumen del comercio, por regiones
Europa fue la región que más contribuyó al crecimiento del volumen del comercio mundial en 2022, pero también fue la principal responsable de la disminución registrada en 2023. La fuerte influencia de la región en el comercio de mercancías se explica en parte por su notable participación en el comercio mundial (el 37% tanto en lo que se refiere a las exportaciones como a las importaciones), ya que el comercio interno de la UE se cuenta en los totales regionales y mundiales. Más allá de este efecto de composición, la UE también se vio desproporcionadamente afectada por las fluctuaciones de los precios de los productos básicos en los dos últimos años debido a la naturaleza regional de los mercados del gas natural.


“Europa fue la región que más contribuyó al crecimiento del volumen del comercio mundial en 2022 pero también la principal responsable de la disminución de 2023. Su fuerte influencia se explica por su notable participación en el comercio mundial (el 37% tanto en exportaciones como en importaciones) ya que el comercio interno de la UE cuenta en los totales regionales y mundiales”


La contracción del 1,2% del volumen del comercio de mercancías en 2023 se debió principalmente a Europa, que restó 1,7 puntos porcentuales al crecimiento mundial de las importaciones y redujo en 1,0 puntos porcentuales el crecimiento mundial de las exportaciones. La contribución de América del Norte también fue negativa en lo que respecta a las importaciones (-0,4 puntos porcentuales), pero siguió siendo positiva en lo que se refiere a las exportaciones (+0,5 puntos porcentuales). Aunque Asia siguió siendo en 2023 la región que más productos manufacturados suministró, el escaso crecimiento del volumen del comercio en ese año significa que la contribución de la región al crecimiento del comercio fue muy pequeña. En conjunto, otras regiones, como América del Sur, África, Oriente Medio y la región de la CEI1, hicieron una contribución positiva al crecimiento de las importaciones (+0,5 puntos porcentuales), aunque siguieron lastrando las exportaciones (-0,1 puntos porcentuales).

Si se cumplen las previsiones comerciales de la OMC para 2024, Asia contribuirá más al crecimiento del comercio de mercancías que en los dos últimos años. Se espera que la región aporte alrededor de 1,3 puntos porcentuales al crecimiento previsto del 2,9% en las exportaciones mundiales este año, es decir, alrededor del 45%. En lo que respecta a las importaciones, se prevé que aporte 1,9 puntos porcentuales al crecimiento previsto de las importaciones mundiales, del 2,3%, es decir, alrededor del 81%. Se prevé que otras regiones hagan contribuciones menores al crecimiento de las exportaciones y las importaciones, si bien se espera que todas ellas sean positivas.

En teoría, el crecimiento del volumen de las exportaciones debería ser igual al crecimiento del volumen de las importaciones a nivel mundial, pero en la práctica exportaciones e importaciones siempre divergen ligeramente debido a las diferencias en la medición y la metodología. Sin embargo, las discrepancias entre las exportaciones e importaciones en los dos últimos años han sido excepcionalmente grandes, 1,4 puntos porcentuales en 2022 y 1,2 puntos porcentuales en 2023. El mayor crecimiento de las importaciones en 2022 y la mayor contracción de las importaciones en 2023 podrían deberse al hecho de que no se hayan tenido plenamente en cuenta las fluctuaciones de los precios de los productos básicos en los precios de importación. Estas discrepancias deberían disiparse una vez que pase el reciente aumento de la inflación.

Las exportaciones de Asia registraron un incremento súbito durante la pandemia de COVID-19, pero desde entonces se han mantenido estables a un nivel elevado. Para el cuarto trimestre de 2024 habían aumentado casi un 17% en comparación con su nivel medio en 2019. Por el lado negativo, las exportaciones de la región de la CEI disminuyeron alrededor del 16% durante el mismo período, aunque estas cifras deben tratarse con cautela debido a la falta de datos fiables para la Federación de Rusia y Belarús desde 2022 América del Norte y Europa registraron desde 2019 incrementos de un solo dígito, del 5% y el 2%. Mientras tanto, las exportaciones de América del Sur aumentaron casi un 10% en el cuarto trimestre de 2023 en comparación con 2019. Las exportaciones de África y Oriente Medio disminuyeron ligeramente, pero en general no registraron cambios en este período (-2% y -3%, respectivamente), si bien es normal en el caso de las regiones que exportan combustibles de manera desproporcionada, ya que la demanda de energía tiende a ser bastante estable en términos cuantitativos.


“El aumento de los ingresos de exportación derivado del aumento de los precios de los productos básicos no se tradujo en un aumento del consumo y los ingresos en África, que si se cumplen las previsiones alcanzará el nivel de importaciones de 2019 al acabar este año”


A diferencia de lo sucedido con sus exportaciones, la región de la CEI fue la que registró el mayor aumento de las importaciones entre 2019 y el cuarto trimestre de 2023, con un crecimiento del 19%. Tanto América del Sur como Oriente Medio registraron aumentos del 16% de las importaciones durante ese período, mientras que tanto América del Norte como Asia aumentaron un 10%. Las importaciones de Europa en el cuarto trimestre de 2023 se mantuvieron sin apenas cambios en comparación con 2019, ya que solo crecieron un 1%. África fue la única región que registró una disminución de las importaciones desde 2019, con una caída acumulada del 5%. Esto parece indicar que el aumento de los ingresos de exportación derivado del aumento de los precios de los productos básicos no se tradujo en un aumento del consumo y los ingresos en la región. Si se cumplen las previsiones de la Organización Mundial de Comercio, las exportaciones africanas acabarán superando su nivel de 2019 a finales de este año, pero las importaciones se limitarán a alcanzar el nivel que tenían.

LA DESACELERACIÓN DEL CRECIMIENTO ECONÓMICO MUNDIAL Y EL ELEVADO CARÁCTER CÍCLICO DE LAS CORRIENTES COMERCIALES

 A corto plazo, la demanda real de mercancías objeto de comercio en cualquier economía depende de las decisiones de gasto de los agentes económicos, a saber, los hogares, las empresas, los gobiernos y el sector exterior. A su vez, en ese gasto influyen las fluctuaciones reales y previstas de los ingresos familiares, los ingresos de las empresas y los precios relativos de los productos de producción internacional en comparación con los de producción nacional. Una economía se convierte en importador (exportador) neto de mercancías cuando su demanda de mercancías supera (es inferior a) su producción nacional. La demanda mundial de mercancías objeto de comercio es simplemente la suma de las importaciones de todas las economías. En principio, esa cantidad debería ser igual a la suma de todas las exportaciones, ya que todos los productos importados los suministra alguna economía exportadora.

Hace mucho que se observó que las diferencias en la composición del comercio de mercancías y el PIB tienden a producir fluctuaciones más fuertes en dicha composición que en el PIB, lo que hace que el crecimiento del comercio sea muy “procíclico”. En otras palabras, el crecimiento del comercio de mercancías se ralentiza más que el crecimiento del PIB en los períodos de contracción económica y puede incluso llegar a ser negativo, como sucedió en 2023. A la inversa, el comercio se recupera de manera más sólida que la producción durante las fases de expansión, como hizo en 2010 y 2021.

El carácter tan procíclico del comercio puede atribuirse a la elevada proporción que representan los productos manufacturados en el comercio de mercancías (un 63% en 2022) en comparación con el PIB (el 28% en 2022), que se basa sobre todo en los servicios. El consumo de manufacturas, en particular de bienes duraderos y de capital, es sensible a la renta real disponible y a factores cíclicos (BCE, 2018).

Cuando disminuye la renta real, los consumidores prefieren aplazar la compra de bienes duraderos, como vehículos y electrodomésticos, que a menudo tienen un alto contenido de importaciones, en lugar de retrasar el consumo de servicios, donde el consumidor tiene menos margen de elección (por ejemplo, alquileres, servicios médicos, etc.).

Las compras de bienes duraderos también dependen en mayor medida del crédito, lo que hace que sean más vulnerables a las fluctuaciones de los tipos de interés. En respuesta a la disminución del consumo de productos manufacturados, las empresas también pueden aplazar el gasto en inversiones fijas en bienes de capital. Diversos estudios indican que la inversión es el componente de la demanda interna que hace un uso más intensivo de las importaciones (con un contenido importado global de alrededor del 36% como promedio), seguido de las exportaciones y el consumo privado.♦