Los autónomos societarios (1,2 millones en España) se encuentran con un laberinto de trabas e impedimentos a la hora de solicitar el acceso a prestaciones esenciales

Texto: Ismael Istambul Fernández (IBERUM Abogados) •

Ismael Istambul Fernández
Ismael Istambul Fernández

En esta tribuna analizamos uno de los capítulos en que los autónomos en general, y los autónomos societarios en particular, sufren unas marcadas diferencias con los profesionales por cuenta ajena, tanto a nivel retributivo como de salvaguarda de sus derechos: en concreto, nos referimos a la prestación por cese de actividad, más conocida como el paro de autónomos. Esta prestación, establecida y regulada desde 2010, ofrece un sustento económico y un apoyo que, en ocasiones, es esencial. Sin embargo, las cuantías y la complejidad de los requisitos de acceso aún presentan desafíos significativos, puesto que, en la aplicación práctica, los interesados se enfrentan a un sinfín de obstáculos. Mención especial merece la figura del autónomo societario, tan relevante en nuestro ordenamiento jurídico, porque en ella descansa la figura de muchos consejeros o administradores de pymes en España, las cuales son uno de los principales motores de la economía nacional, tal y como indican múltiples estudios y análisis macroeconómicos.

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