Un endeudamiento público imparable va a condicionar la gestión de cuestiones clave: un crecimiento y una productividad menguantes, el envejecimiento de la población…

Miguel Navascués, economista

MIGUEL NAVASCUÉS

La política monetaria parecía haber triunfado en 1990-2008. La crisis financiera de ese año nos despertó de muchos sueños, entre ellos que el mercado financiero no se regulaba así mismo, ni era eficiente, según la doctrina liberal. Como dijo Greenspan al estallar la crisis y descubrirse la podredumbre de activos en balance que tenían que respaldar el pasivo, “nunca me imaginé que una entidad financiera actuaría así en contra de sus intereses”. Ingenuidad aparte, lo siguen haciendo. Pero cuáles son esos intereses? En un mundo muy competitivo, prácticamente desregulado, advenido en los años ochenta con la llegada de Reagan & Thatcher y su programa de máxima liberalización, los bancos tuvieron que entrar en aguas no surcadas que les impelían a lograr estados contables y una valoración de sus acciones suficiente para impedir ser comido por un competidor más potente. Esto significó, en un mercado de cada vez más estrechos márgenes, buscar rentabilidad en operaciones de riesgo creciente que, gracias a la innovación, logró camuflarse en instrumentos muy opacos, pero sorprendentemente (o fraudulentamente) bien valorados por las casas especializadas. El resultado fue una acumulación de riesgos invisibles, que salieron a la luz repentinamente en 2007, cuando un banco europeo informó a sus clientes que suspendía el pago a los poseedores de fondos, pues tenía que hacer una re-estimación del valor real. Pronto se descubrió que el instrumento más extendido por la banca mundial, en su pasivo y activo, el ABS (Asset Baked Securities, una heterogénea cesta de activos con la particularidad de que eran valorados por los más seguros de la cesta, es decir, AAA), no valían casi nada, lo que ponía en sospecha los balances bancarios mundiales, más cuando éstos se habían usado como colateral en operaciones derivadas más que dudosas.

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