EEUU creó en junio 850.000 empleos, mientras España registraba 420.000 nuevos afiliados a la SS. Pero el antagonismo político, feroz, se mantiene.

Luis Alcaide
Luis Alcaide

Un verano rico en sorpresas políticas, con el inquietante telón de fondo de una pandemia pertinaz, junto a señales de subidas de precios, escasez de repuestos electrónicos y también, sorpresa en tiempos de paro elevado, por la falta de trabajadores cualificados. Afortunadamente, todas estas amenazadoras borrascas tropiezan con el baluarte de las vacunas y la realidad de un firme crecimiento económico. En efecto, en junio se crean 850.000 empleos en EEUU y se registran en España 420.000 nuevos afiliados a la SS. No obstante, se mantiene vivo y feroz el antagonismo político tanto en EEUU como en España. Uno de cada tres norteamericanos rechaza vacunarse a la vez que se confirma que no solo el estado de Georgia, también otros, obstaculizan el acceso a las urnas de muchos conciudadanos. Un gobierno federal indefenso y un Tribunal Supremo tolerante. Un grado de insolidaridad democrática del que, por fortuna no se tienen noticias en España. Los no independentistas mantienen su derecho al voto, faltaría más, como también lo tuvieron los habitantes del País Vasco. No se solidarizaron con ETA y el estado español triunfó frente al terrorismo. En Cataluña, y sin ningún genero de dudas, se repetirá el triunfo de la democracia frente al independentismo. Todos los secuestros antidemocráticos se agotan frente a la realidad de la democracia.

Buena jugada la renovación del Gobierno. Se mantiene el equipo económico e incluso se refuerza con la ministra de Economía como primera vicepresidenta. Ha llegado la hora de administrar los recursos de la UE. El patio de monipodio mantendrá, incluso acentuará, el ruido de las protestas y acusaciones pero la economía sigue su avance. El BCE afina el instrumental para embridar la inflación, impedir su continuidad, pero cuidando de que la actividad y el empleo no decaigan. Calviño y sus colaboradores no tienen otra opción que sostener las riendas a la vez que la ministra Díaz no puede olvidar la continuidad de los trabajadores en ERTE en su puesto de trabajo. Su pretensión de subir los salarios no se desvanece aunque siempre, como se afirma en Economía, habrá que esperar a una confirmación más firme de la recuperación de la actividad. En la encrucijada sobre cómo aumentar o disminuir las oportunidades de la gente, los indicios apuntan a que estamos en el buen camino. Los mensajes de hábiles demagogos, centralistas y periféricos, chocan contra la realidad de la vacuna y la recuperación.

La administración Biden está firme en su propósito de establecer un impuesto mínimo del 15% para las sociedades transnacionales. Asimismo, en la ecuación déficit público-política fiscal, el incremento de la recaudación es el precio a pagar por la ciudadanía. Incluso en Alemania, Los Verdes reclaman más inversión pública, mientras se mantiene estable el gasto corriente. Biden apuesta por el multilateralismo y en Europa, Reino Unido fracasa en su intento de doblegar la voluntad de Dinamarca y Alemania, más dependientes de sus transacciones con sus socios europros que de sus exportaciones a Reino Unido. Mientras, en Wembley, la Italia europea sale vencedora de la Inglaterra orgullosa e imperial.♦