“Los mercados y las políticas energéticas han cambiado a raíz de la invasión rusa de Ucrania, no solo por el momento, sino para las próximas décadas. Los argumentos medioambientales a favor de las energías limpias no necesitaban ser reforzados, pero los argumentos económicos a favor de unas tecnologías limpias competitivas en costes y asequibles son ahora más fuertes, al igual que los argumentos de seguridad energética. Esta alineación de las prioridades económicas, climáticas y de seguridad ya ha comenzado a mover el dial hacia un mejor resultado para la población mundial y para el planeta”.


Texto: AIE
Agencia Internacional de la Energía. World Energy Outlook 2022.
El informe completo se puede descargar en inglés en: https://iea.blob.core.windows.net/assets/c282400e-00b0-4edf-9a8e-6f2ca6536ec8/WorldEnergyOutlook2022.pdf


El mundo está inmerso en su primera crisis energética global, una conmoción de una amplitud y complejidad sin precedentes. Las presiones en los mercados eran anteriores a la invasión rusa de Ucrania, pero las acciones de Rusia han convertido la rápida recuperación económica de la pandemia -que puso a prueba todo tipo de cadenas de suministro mundiales, incluida la energía- en una tormenta energética en toda regla. Rusia ha sido, con diferencia, el mayor exportador mundial de combustibles fósiles, pero sus recortes en el suministro de gas natural a Europa y las sanciones europeas a las importaciones de petróleo y carbón procedentes de Rusia están cortando una de las principales arterias del comercio energético mundial. Todos los combustibles se ven afectados, pero los mercados del gas son el epicentro, ya que Rusia busca influir exponiendo a los consumidores a facturas energéticas más altas y a la escasez de suministro.

Los precios de las compras al contado de gas natural han alcanzado niveles nunca vistos, superando regularmente el equivalente a 250 dólares del barril de petróleo. Los precios del carbón también han alcanzado niveles récord, mientras que el petróleo superó ampliamente los 100 dólares por barril a mediados de 2022, antes de retroceder. Los altos precios del gas y del carbón representan el 90% de la presión al alza de los costes de la electricidad en todo el mundo. Para compensar el déficit de suministro de gas ruso, Europa está dispuesta a importar 50.000 millones de metros cúbicos (bcm) más de gas natural licuado (GNL) en 2022 en comparación con el año anterior. Esto se ha visto aliviado por la menor demanda de China, donde el uso del gas se vio frenado por los cierres y el escaso crecimiento económico, pero la mayor demanda de GNL europeo ha desviado el gas de otros importadores de Asia.

Para acceder a este contenido, necesita una suscripción a la Revista Consejeros, vea los “PLANES DE SUSCRIPCIÓN”.
Si ya dispone de una suscripción debe “INICIAR SESIÓN”.