En diciembre Rusia abrió finalmente la vía diplomática y expuso sus condiciones para negociar unas “garantías de seguridad” en torno a Ucrania. Entre ellas, la de que EEUU y la OTAN vuelvan “a las posiciones de 1997”. Pero la última reunión entre Washington y Moscú, el pasado 10 de enero en Ginebra, ha sido infructuosa… la tensión continua.

EL MIÉRCOLES DE DICIEMBRE fué nombrado canciller de la Republica Federal Alemana el vencedor de las elecciones, Olaf Scholz. Ese mismo día, el anterior canciller socialdemócrata, Gerhard Schröder, con quien Scholz colaboró estrechamente en sus dos legislaturas, se prestó a unas concisas declaraciónes al FAZ, cuyo interés radica en atisbos sobre la actual vida profesional de Schröder como lobbysta de Rusia. El antiguo canciller es hoy, el hombre del presidente Putin –“un gran amigo”– en Alemania. Semanas después de abandonar la cancillería, Schröder se convirtió en presidente de la comisión de vigilancia del proyecto Nordstream 2, pero más tarde fué nombrado presidente de la Junta Directiva de Rosneft, la enorme petrolera del estado ruso, un puesto no ejecutivo pero de la significación política que se puede suponer.

OEl periodista no pudo por menos de preguntarle sobre la posición rusa en el actual foco de tensión militar y política que es Ucrania. La respuesta –de alguien que públicamente reconoce una larga amistad personal con Putin, que nunca ha emitido crítica alguna contra el presidente ruso o sus políticas, que ocupa un alto puesto representativo en la principal empresa pública rusa, y a quien, por tanto, puede suponerse muy al tanto de la política europea de Moscú– fué muy tranquilizadora. Sencillamente, Putin no alberga planes de invadir Ucrania. Schröder no dió margen al periodista para debatir el tema. Sencillamente, respondió lo que todos queríamos escuchar y dió por terminada la entrevista.