
Medio centenar de dimisiones han precipitado la caída del primer ministro conservador, cercado por sus embustes, su “falta de competencia y seriedad”. Y mientras los ‘tories’ le buscan sustituto, Gran Bretaña comprueba, desengañada, que el deterioro económico post brexit es muy real.
UNA DERROTA DE JOHNSON en el Parlamento –el 40% de sus diputados votaron en contra, votaron su destitución- habría dado paso a un nuevo gobierno con posibilidades de éxito en las próximas elecciones. Ahora…
Ahora, como subraya The Economist, el problema no solo es sustituir a Boris Johnson -al que medio centenar de cargos de su Gobierno ha forzado finalmente a dimitir, tras su salida en cascada- sino la debilidad de la economía británica. Mientras el PIB en la anterior crisis 2007-9 creció un 2,7%, en esta nueva normalidad post Brexit el ritmo se reduce al 1,7%.