
Las deudas públicas de la eurozona (Italia, España…) se pueden pagar (como se podía pagar la española en 2011, cuando era inferior a la de Reino Unido) siempre que el BCE cumpla con su papel.
ESPAÑA, ITALIA Y OTROS PAISES han visto cómo aumentaba su deuda publica, como era lógico y esperable cuando la producción se contrajo casi completamente, y el Estado debía atender a necesidades perentorias que se habían quedado sin oferta. Ahora el problema es que los bancos centrales han empezado a subir los tipos monetarios, subiendo a su vez la pendiente de la curva y, por ende, los niveles de tipos a largo plazo que son los que tienen efectos contractivos sobre la actividad.