“En enero del año pasado las empresas españolas tenían créditos por 475.000 millones; en enero de este año la cifra había bajado a 456.000. Una rebaja de más de 19.000 millones en doce meses, más de un 4%, que supone un auténtico estrangulamiento del crédito si se acompaña de tipos al alza, por encima del 5%, y de una inflación del 3,1% en 2023 tras otra del 5,4% en 2022. En el mismo periodo, el crédito a los hogares españoles cayó en otros 15.000 millones (-2,9%) con lo que en doce meses el crédito al sector privado cayó en casi 35.000 millones (el doble de los fondos europeos que realmente llegaron a la economía en 2023 y la mitad de los más de 70.000 millones en que aumentó el endeudamiento del sector público español). Ahora, concluidos de hecho los programas TLTRO que el BCE introdujo para estimular el crédito, es improbable que la situación mejore a corto plazo”

HACE AHORA NUEVE MESES, al acabar julio del año pasado, el crédito a las empresas españolas caía ya a buen ritmo: un -2,4% respecto a un año antes. “Nueva ralentización del préstamo al sector privado en julio, ya en contracción en los países periféricos” explicaban los analistas tras la publicación de los datos por parte del Banco Central Europeo, que recogía también una virulenta caída del crédito a las empresas italianas (-3,9%) en contraste con el fuerte crecimiento del crédito a las empresas alemanas (+4,5%) o francesas (+4,7%).

Y LA CAÍDA COGE RITMO
Hace seis meses, concluido el tercer trimestre de 2023, la situación no había mejorado, al contrario, la caída del crédito a las “sociedades no financieras” españolas era aún más pronunciada, del -3,4%. Si bien es cierto que no solo en España se agudizaba el problema: La caída del préstamo corporativo en Italia (-6,8%) fue en ese momento la mayor desde que el Banco Central Europeo registra datos históricos (2004) mientras en Alemania (+1,4%) o Francia (+3,5%) el crédito a las empresas seguía creciendo.