Aunque la demanda nacional lleva dos trimestres en retroceso, la recuperación del turismo (cuyos ingresos crecen un 38% interanual en el 1T23) y de las exportaciones (+14%) permiten a España recuperar finalmente el PIB pre covid en este 2T23. Es el último país de la eurozona en lograrlo (la República Checa, o Japón, aún no lo han conseguido).

Era opinión divulgada y compartida que la economía iba bien antes de las elecciones del 28 de mayo. No sólo en España, también en Europa y EEUU. Se había acogido con cierto alborozo que finalmente parecía sortearse la recesión esperada en el primer trimestre (aunque la eurozona ha hecho finalmente un -0.1%). Eso había hecho subir las bolsas, en una muestra más de que las inversiones financieras se mueven por un horizonte de corto plazo, no por las expectativas a largo plazo sobre la rentabilidad de la inversión real.

Mientras tanto, la inflación se ha reducido, pero por estrictas razones de bajada del contenido energético… y ciertos maquillajes en algunos de los componentes. La inflación subyacente, como otros indicadores más significativos (p ej. deflactor del PIB), sigue alta, e invita a prever que la lucha de los bancos centrales debería continuar, aunque el problema no cerrado de la inestabilidad financiera ha refrenado sensiblemente a éstos en su carrera al alza de los tipos de interés.