Trump bloqueó el pasado año el intento del FMI de salir al rescate de los estados más vulnerables con una inyección de 500.000 millones de dólares en derechos especiales de giro (los D.E.G. no precisan reembolso y no engrosan la deuda pública), una cantidad que dobla la inyectada en 2009 con ocasión de la crisis financiera. Con el argumento de que esa ayuda daría aire a regímenes como el iraní o el venezolano, La oposición de EEUU (el 17% del voto) impidió poner en marcha el proceso, activado ahora con la llegada de Biden a la Casa Blanca. Con el impulso de Francia, Alemania e Italia, el G7 parece haber dado ya luz verde a la propuesta, que ahora debe refrendar el G20 para intentar que las ayudas (a España le corresponden unos $10.000 m) estén disponibles antes del verano.

Texto: Carlos de Sousa (Vontobel Asset Management) •

Al principio de la pandemia el FMI intentó ampliar su asignación de Derechos Especiales de Giro (DEG) a sus estados miembros en un esfuerzo por ayudar a los países en desarrollo a hacer frente a la crisis y proporcionar liquidez mundial adicional. La administración Trump bloqueó este esfuerzo en ese momento, argumentando que aumentaría las reservas de divisas de las naciones ricas que no necesitaban el dinero y que ayudaría a regímenes como Venezuela e Irán. Ahora que la administración Biden está al mando, parece que se está creando un consenso entre las naciones del G7 para aprobar una asignación de 500.000 millones de dólares de DEG, lo que implica que podría alcanzarse un acuerdo durante las reuniones de primavera del FMI. Es importante destacar que la cantidad propuesta no requeriría la aprobación del Congreso estadounidense. El país medio verá incrementadas sus divisas en un 7,2%, es decir, un 1% del PIB, pero los países de bajos ingresos, así como las naciones con escasas reservas de divisas, serán los más beneficiados. En este artículo, explicamos cómo funcionaría en la práctica esta asignación de DEG y mostramos qué países son los que más pueden beneficiarse de ella.