Y anticipa un lento pero inexorable encarecimiento de las condiciones crediticias, fragilizando las finanzas públicas de los socios más endeudados y vulnerables.
La escalada de los precios está alcanzando niveles preocupantes a ambos lados del Atlántico. Primero cobró empuje en Estados Unidos hasta alcanzar cotas superiores al 5% para luego trasladarse a nuestro Continente. Una inflación que nos pilla con el pie cambiado en plena fase de estímulos para asegurar una recuperación pendiente todavía de asentarse. Se diría que se adelanta al ciclo, de forma caprichosa, cuando menos se les esperaba o convenía. Aunque los factores que presionan al alza los precios no resulten novedosos, hasta cierto punto sorprende su presencia con tanto ímpetu en una coyuntura como la actual de transición. El crecimiento, por mucho que repunte tras el brusco parón de la actividad en el pasado ejercicio, dista de reunir las características de un recalentamiento al uso. Esta inflación se explica, en buena medida, por un mero efecto estadístico al situarse la base de comparación del pasado año en registros tan deprimidos. Si las actuales tasas de crecimiento resultan anormalmente elevadas por esta causa, algo parecido le ocurre a los precios. Una trayectoria que debería atenuarse a medida que se diluye este factor de distorsión. Eso, al menos, apostaba en un principio la Reserva Federal. Luego, surgió la llamarada en la cotización de las materias primas, en particular las energéticas, reavivando así un fuego que se estimaba controlado. Si su comportamiento obedece, también, a una reacción frente al pronunciado hundimiento que provocó la crisis, la pujanza de las alzas ha sobrepasado todas las expectativas. No cabe duda de que la especulación está jugando un papel destacado en este perfil explosivo. Aquí también, se confía en recobrar una cierta normalidad tan pronto como la euforia de los futuros se mitigue confrontada con la realidad. A todo esto se añade la seria perturbación en la cadena de suministros y sus múltiples impactos colaterales.