“Hay sombras, en el procedimiento para microempresas, en el régimen de la exoneración del pasivo insatisfecho… y luces, en el ‘preconcurso’ y los planes de reestructuración”.

Texto: José Carlos González Vázquez (Prof. de Derecho Mercantil (UCM) y socio de Ceca Magán Abogados) •

José Carlos González Vázquez
José Carlos González Vázquez

Hace justo un año, entraba en vigor el nuevo Libro Tercero del Texto Refundido de la Ley Concursal (en adelante, TRLC), donde se introducía un procedimiento especial para abordar las crisis de las microempresas y con ello la totalidad de la relevante reforma de nuestro Derecho de insolvencias introducida por la Ley 16/2022 por la que se adaptaba la Directiva europea sobre reestructuraciones (Directiva 2019/1030), que ya valoramos en estas mismas páginas cuando era sólo un anteproyecto de ley, en octubre 2021 “Todos contra el anteproyecto de Ley de Reforma de la Ley Concursal”, y posteriormente en septiembre 2022 tras su promulgación como Ley formal “Las principales novedades de la Reforma Concursal” . Toca pues ahora, al cumplirse este primer aniversario de su completa entrada en vigor, valorar los resultados de la misma y, en concreto, si se han cumplido – y en qué medida- las expectativas y objetivos que se proponía el legislador o si, por el contrario, se han confirmado, en todo o en parte, las críticas que no pocos hicimos entonces a dicha reforma.

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