Texto: Remigio Abad (CEO de Greenvolt Next España) •
En los últimos años asistimos con gran interés a la progresiva consolidación del mercado de las energías renovables en España. A raíz de la invasión de Ucrania por parte de Rusia en 2022, se produjo una crisis energética que generó un cierto cuestionamiento del modelo de transición que se impulsaba en ese momento y que hoy da pasos firmes gracias al creciente protagonismo de las energías verdes dentro del sistema energético. Una crisis energética que fue más allá, hasta sacudir los propios cimientos de la Unión Europea y poner en vilo a una sociedad que hasta entonces había asumido su derecho a un acceso fácil y barato a la energía sin replantearse con firmeza el origen de ésta ni las consecuencias que conllevaba su gran dependencia externa. Desde algunos ámbitos se habla en los últimos meses de una burbuja que se está desinflando en el sector de las renovables, algo con lo que yo personalmente no coincido. En primer lugar, porque el crecimiento del sector siempre ha ido en paralelo a las necesidades del país y a los planes medioambientales procedentes de Europa. En segundo lugar, porque más que el fin de una burbuja, lo que estamos experimentando es una adaptación a corto plazo hasta el desarrollo de sistemas de almacenamiento de energía lo más eficientes posibles. Me gustaría detenerme brevemente en ambas cuestiones.