“No podemos seguir manteniendo un enfoque para la política exterior y de seguridad y otro para la económica”
“Los europeos están acostumbrados a subvencionar y dar prioridad a sus industrias pero no a que los EEUU lo haga”. Y “es completamente lógico que tratemos de recalibrar nuestra política de seguridad económica… aunque estamos todavía en los inicios de esta política industrial, tengo claro que si con estas medidas aparecen campeones industriales en sectores como los semiconductores o la descarbonización, no se habra hecho un mal uso de los recursos del estado”.
Recuerda alguien los viejos tiempos de Carlos Solchaga y “la mejor política industrial es la que no existe”? Hoy, la política industrial es la Estrella Polar que guía la política económica del país que hizo del laissez faire su bandera: Estados Unidos. Primero fue Donald Trump, con sus caóticas promesas de reindustrializar al país, sus guerras arancelarias contra China por todo, contra Canadá por la leche, y contra el resto del planeta por el acero y el aluminio.
Después llegó Joe Biden, con un enfoque mucho más medido, burocrático… e inexorable. Con el actual presidente, EEUU ha restringido la venta de chips avanzados, Inteligencia Artificial y computación cuántica a China. Ha mantenido los aranceles al acero y al aluminio. Y ha creado la Ley de Reducción de la Inflación que establece un sistema formidable (no solo por su tamaño, que también, sino por su eficacia, que deja a la UE en ridículo) de subvenciones y exenciones fiscales para atraer a las empresas tecnológicas y de energías renovables de todo el mundo.
Todo eso es parte de lo que se llama “geoeconomía”, una palabra que es al siglo XXI lo que la “geopolítica” fue al XX.
En esta centuria, sin tecnología no hay guerras que valgan, así que los Estados tienen que fomentar el desarrollo tecnológico. El consejero de Seguridad Nacional de EEUU, Jake Sullivan, ha desplazado a la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, en esta línea de actuación política. Hacen falta más industrias, más microchips, más infraestructuras y menos finanzas. El ex funcionario del Fondo Monetario Internacional (FMI) Josh Lipsky, que dirige el Centro para la Geoeconomía del think tank de Washington Atlantic Council es una de las personas que mejor pueden explicar de qué hablamos cuando hablamos de geoeconomía.
¿Qué es la geoeconomía?
La intersección de la política exterior, de seguridad nacional, económica y financiera. Es algo que no es extraño a muchos países, pero sí a Estados Unidos, porque no podemos seguir manteniendo un enfoque para la política exterior y de seguridad y otro para la económica.