“El papel lo aguanta todo. España tiene un buen plan energético pero si no cambian las cosas no se cumplirá”

“Se necesitan 295.000 millones de inversión para el periodo 2021-30 y ya llevamos varios años que no estamos invirtiendo a ese ritmo. De esos 295.000 millones, 118.000 millones son para renovables; en ahorro y eficiencia energética 85.000, pero que no se ha hecho aún casi nada; en redes, 53.000 que son algo más de 5.000 cada año y llevamos varios años en la mitad. En electrificación 35.000 y todavía no hemos alcanzado el ritmo necesario… así que la bola se va haciendo más grande”.

FOTOGRAFÍA: Jesús Umbría •

Desde una perspectiva de largo plazo, ¿para 2030 podemos esperar una energía sin tantos problemas de dependencia, de precio y de sostenibilidad? ¿Podemos esperar un “dividendo energético” fruto del cambio de paradigma que se vislumbra?

Pienso que sí, que estamos avanzando hacia un sistema energético descarbonizado. Hasta hace bien poco, descarbonización ha sido solo el cierre de las centrales de combustibles fósiles de carbón y la entrada de renovables de forma masiva en el sector eléctrico; en el futuro próximo, la prioridad debe ser incrementar la electrificación de los consumos finales. En el mundo la electrificación supone hoy solo el 20% del consumo energético total -en España es el 23%- y la Agencia Internacional de la Energía dice que hay que llegar en 2050 a entre el 50 y el 60% de electricidad en consumo final. En Europa, la Comisión Europea está proponiendo un objetivo de electrificación del 50% para 2040. Y en España, el PNIEC considera un objetivo de electrificación del 31% en 2030. Electrificar con energías que evitan la importación de combustibles fósiles hace que no dependas del exterior y de la volatilidad de esos combustibles que hemos visto estos últimos años. Si creamos un parque de generación independiente de combustibles fósiles la energía será más barata pero, además, debemos conseguir que sea entregable sin interrupciones. Y para eso será preciso desarrollar sistemas de almacenamiento, baterías, bombeo, combustibles renovables, etc que permitan gestionar la volatilidad de las fuentes renovables. Por otro lado, en determinados sectores industriales y de transporte pesado, donde no llegue la electricidad, será necesario contar con fuentes renovables como el hidrógeno verde o el biogas renovable. En resumen, creo que sí, que veremos ese “dividendo energético” pero que queda mucho por hacer.

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