Fuegos artificiales

La inflación, que merma la renta per cápita, infla el PIB nominal y permite emitir más deuda.

“La deuda ‘oficial’ es el 109,8% del PIB. Pero se llega a esa cifra mediante la consolidación de los pasivos de algunas administraciones regionales y locales que son adquiridos por el estado central, que las contabiliza como un activo. Contablemente, son un activo pero un activo no liquidable pues no tienen mercado en el que se puedan vender. La consolidación permite “aligerar” la carga de la deuda sobre el PIB ficticiamente, porque tarde o temprano el gobierno habrá de emitir deuda propia para redimirla. Este método (homologado por la UE) de aligeramiento de cargas suponía un 4,3% del PIB en 2004. En el 3T23 alcanza el 21,4%. Las CCAA y los ayuntamientos se endeudan cada vez más, le traspasan la carga al estado y éste los contabiliza como activos ‘Fantasmales’, sin mercado donde hacerlo efectivo y por ende sin valor contable atribuible. La deuda emitida, en posesión de acreedores, sumando la parte ‘consolidada’ es en realidad un 137,9% del PIB”

EN ESPAÑA estamos pasando por un periodo económico atípico, que nos ha distanciado de la normalidad representada por otros grupos de países. La atipicidad se deriva de un aumento enorme de la deuda pública sin que ello se haya traducido en un mínimo de inversión en capital, ni público ni privado. Si el sector público está bien gestionado -ampliaremos esto- la inversión pública refuerza la inversión privada, y ambas se complementan para aumento constante de la productividad y del empleo.

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