“Refinanciaciones que evitan reconocer créditos problemáticos y realizar provisiones, desconsolidación de activos malos con ventas ficticias a sociedades instrumentales, activos fiscales diferidos… reguladores y supervisores consienten unas prácticas que permiten mantener una ilusoria sensación de estabilidad”
Texto: Aristóbulo de Juan Ex Jefe de Supervisión Bancaria. Banco de España •
LA OBSESIÓN ACTUAL de los reguladores bancarios de todo el mundo es el capital, reforzar el capital. Por buenas razones: el capital es fundamental. Pero, bajo la superficie, parece tratarse de una fijación más nominal que efectiva, al menos a juzgar por la cuestionable calidad de algunos de los componentes del capital mínimo exigido por los reguladores en Europa y en otros lugares. Además, paradójicamente, el énfasis regulador y supervisor en el capital viene de la mano de una tendencia, observada en varios países, a renunciar a la valoración de activos, las provisiones y el reconocimiento de ingresos. Como consecuencia, la calidad de la contabilidad, la transparencia y la solidez de los sistemas bancarios y la fiabilidad de los mercados se ven seriamente afectadas.
Recordemos primero algunos principios fundamentales.