locomotora

Alemania ya ha entrado en recesión y se espera que siga cayendo en 2023, en torno a un -2%. El empleo aún se mantiene firme, con el paro en el 5,25%, pero el miedo crece al tiempo que los precios -un 10% en septiembre- y crecen también el malestar social y la desigualdad. “Cuando la economía crece se puede ignorar porque los problemas socieconómicos afectan solo al 20% más pobre de la población. Pero la crisis actual afecta a la mayoría, también a la clase media” apunta Der Spiegel.

RECESIÓN, CONFLICTO SOCIAL y muchos nervios porque la pérdida de bienestar va para largo. Así se resume el momento que está pasando Alemania, el país europeo más afectado por la crisis energética actual. Por primera vez tras la Segunda Guerra Mundial los alemanes no saben si pasarán frío en invierno. La economía alemana se encuentra ya en un proceso de contracción y caída y se enfrenta a una inestabilidad gravísima generada por la crisis energética. No está garantizado el suministro de energía. Tampoco se sabe si las empresas contarán con suficientes materias primas y productos semielaborados porque los procesos de producción y las cadenas de suministro internacionales continúan alterados. A ello se suma la caída de la demanda en 2023 a causa de la inflación, que pasará de un promedio actual del 8% a una cifra de hasta dos dígitos el próximo año. Ya en septiembre alcanzó el 10%, el porcentaje más alto en 71 años cuando la guerra de Corea (1951) alteró los precios. La recesión alemana es la historia de una dependencia. Durante mucho tiempo la receta de éxito de su industria fue la energía fósil barata. Esa dependencia se ha convertido ahora en un gran riesgo. Y también en un grave conflicto social. Cuando no se puedan caldear las viviendas la gente se echará a la calle. Nervios. El miedo a la caída de la clase media es una amenaza para el Gobierno. La pérdida de bienestar será permanente, predice el presidente del think tank DIW, Marcel Fratzscher. “Los paquetes de rescate son insuficientes y los costes deberían pagarlos los ricos, dice, entre el 51 y el 60% de la población” (encuesta Civey en septiembre para Der Spiegel). La guerra nos empobrece, también al Estado, destaca Monika Schnitzer, del consejo económico de sabios que asesora al Gobierno alemán. La economía alemana menguará en 160.000 millones de euros menos entre 2022 y 2023, según los institutos de investigación económica. Y los think tanks alemanes apuntan que, en caso necesario, habrá que volver a dejar en suspenso el freno de la deuda.

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