“Las crisis financieras se desatan sin previo aviso. Y seguimos en tierra de nadie, sin protección si se inician las hostilidades. Es urgente enderezar las cuentas públicas”
No faltan analistas que se interrogan sobre la asombrosa resistencia que muestra la economía ante la acumulación de impactos negativos. La inflación anda por las nubes en cotas desconocidas desde hace decenios. Las perturbaciones en las cadenas de suministro siguen perdurando e incluso se agravan por las severas medidas de confinamiento adoptadas por China. La invasión de Ucrania y las medidas de retorsión contra el agresor se han traducido en acusadas carestías y desabastecimiento de algunas materias primas clave. Un inquietante panorama apenas dos años después de la aguda crisis que provocó la pandemia. Una suma de factores capaces de derrumbar la confianza y alentar un movimiento recesivo de amplio espectro.