“El consenso espera que el Euro Stoxx 600 reporte un aumento de los beneficios del 18% en 2022 y unos resultados planos en este 2023”
Texto: Caroline Gauthier •
(Edmond de Rothschild AM) •
Las salidas netas de fondos durante más de cuarenta semanas consecutivas en Europa y la consiguiente asignación históricamente baja en la región, reflejan el temor de los inversores a un escenario catastrófico que aún no se ha materializado. Es cierto que hay muchas razones para estos temores. Los inversores se han enfrentado sucesivamente a los efectos de la guerra en Ucrania, a la crisis energética y a los impactos del racionamiento de gas en la industria europea, y a su pérdida de competitividad con un coste del gas cinco veces superior al de los Estados Unidos, además del cierre de China por la pandemia del Covid 19 y su impacto en la economía, en la alemana en particular, a lo que se ha añadido la crisis política en Italia y la fragmentación financiera de la zona, la presión de la inflación y el aumento de los tipos de financiación sobre los márgenes y la salud financiera de las empresas…
“Las empresas del Euro Stoxx tienen el 50% de su negocio fuera de Europa y los múltiplos de valoración -afectados por las subidas de tipos- ya alcanzan niveles muy bajos, en torno a 11 veces los beneficios previstos para 2023”
Cuál es la realidad microeconómica? Al final, ¿dónde estamos realmente? Las empresas europeas han resistido bien y, lejos del desastre anunciado, se espera que reporten un crecimiento de beneficios del 18% en 2022 según el consenso de analistas para el índice Stoxx Europe 600 (tras registrar, recordémoslo, un +57% de aumento en el año 2021). La demanda sigue siendo muy fuerte, lo que permite a las empresas mejor posicionadas utilizar su poder de fijación de precios, generando un fuerte crecimiento de los beneficios, apoyados además por un nivel del dólar ventajoso para las empresas altamente exportadoras. Para este año 2023, sin embargo, el escenario de recesión es cada vez más creíble y el poder adquisitivo del consumidor final se verá ciertamente afectado, aunque algunos factores de apoyo, como las políticas de estímulo fiscal y los aumentos salariales, lo compensarán. Este último factor –las subidas salariales-afectará también a los márgenes empresariales que, por el contrario, se verán respaldados a medida que mejoren las condiciones de la oferta. Una caída de los beneficios de alrededor del 10% de media no es impensable, dado que el consenso del mercado espera actualmente unos resultados planos. Estaríamos, pues, lejos de la caída de beneficios observada durante las recesiones pasadas (como la generada por la crisis financiera mundial o la provocada por el Covid-19). No olvidemos que las empresas europeas han expandido su negocio mucho más allá de las fronteras continentales (las empresas del Euro Stoxx generan actualmente alrededor del 50% de su volumen de negocio fuera de Europa) aunque algunos estarían tentados de confundir nacionalidad y exposición geográfica. Pero si la economía europea se ralentiza, nuestros grupos empresariales se beneficiarán también de la mejor salud de la economía estadounidense y posiblemente de la reapertura de China, si como parece ésta se produce.
Es este probable descenso de los beneficios un motivo para desviar a los inversores de Europa? Creemos que los múltiplos de valoración, afectados por la subida de los tipos de interés, ya han alcanzado niveles muy bajos, en torno a 11 veces los beneficios previstos para 2023 y el movimiento de compresión de los múltiplos parece haber quedado atrás, si es que se confirma el punto álgido del endurecimiento monetario para mediados de este año. Nuestro estilo de selección de valores nos llevará a favorecer las historias de crecimiento que han sufrido significativamente la subida de los tipos de interés y que están activas en segmentos que siguen siendo boyantes, como es el de la eficiencia energética. El planteamiento de favorecer a las empresas con una elevada rentabilidad por dividendo y crecimiento dio sus frutos en 2022 y seguirá dándolos este año. En un escenario en el que se descarte una fuerte recesión o que prevea una salida de la crisis más rápida de lo esperado, el foco de atención podría centrarse en las empresas cíclicas que han quedado rezagadas y que cotizan con grandes descuentos. En este sentido, las empresas de pequeña y mediana capitalización, debido a su carácter más cíclico y doméstico, han alcanzado niveles de valoración pocas veces vistos, tanto en términos absolutos como en relación con las empresas cotizadas de grandes capitalizaciones. Así que podrían volver a atraer la atención de los inversores a medida que disminuya en estos la aversión al riesgo.
“Señal clara de una importante infravaloración es que, en solo un mes, las familias Guichard y Despature (cada una con aproximadamente el 70% del capital de sus respectivas empresas) anuncien ofertas sobre el capital restante de Manutan y de Somfy, con primas del 51 y el 27% respectivamente. Con una valoración de 4x EV/EBITDA y menos de 9x PER los Guichard quieren excluir de Bolsa a Manutan. Como harán los Despature con Somfy, cuya cotización cayó un 45% en 2022”
Una oportunidad que algunos accionistas a largo plazo no dudarán en aprovechar… Es una señal clara de una importante infravaloración de ciertas acciones cotizadas el que los accionistas familiares mayoritarios hayan decidido utilizar la liquidez acumulada para lanzar ofertas públicas sobre sus propias acciones con vistas a una exclusión de cotización. En menos de un mes, las familias Guichard y Despature (cada una con aproximadamente el 70% del capital de sus respectivas empresas) anunciaron ofertas sobre el capital restante de Manutan y de Somfy, con primas del 51% y el 27%, respectivamente, sobre el último precio de cotización. Con una valoración de 4x EV/EBITDA y menos de 9x PER, la familia Guichard –que tiene el 73% del capital y el 74% de los derechos de voto – aprovechó esta anomalía del mercado para ofertar 100 euros por acción para deslistar su grupo, Manutan, que cotiza en la Bolsa de París desde 1985 y que en 50 años se ha convertido en el especialista europeo de la distribución de equipos y accesorios para empresas y colectividades locales. (Manutan facturó casi mil millones en 2022, con mas de 50 de beneficios, en artículos de oficina, almacén, embalaje, seguridad, higiene…).
La misma historia para Somfy, cotizada también en la Bolsa de Paris, con una facturación de 1.500 millones en 2022, un beneficio neto de 237 millones y una capitalización cercana a los 5.000 millones de euros. Somfy es el líder mundial en la automatización de aperturas y cierres en viviendas y edificios, y para la familia Despature la caída del precio de la acción -del 45% desde principios de año- representaba una exageración a la luz de las perspectivas a largo plazo de la compañía, que trabaja en el desarrollo de los hogares conectados y en los productos de aislamiento y de protección para ayudar a reducir la factura energética. Con más de 600 millones de euros de tesorería neta en el balance y con un margen operativo del 18% previsto para el año 2022, un múltiplo de menos de 8 veces EV/EBITDA era poco apropiado. La OPA, que comenzó el 22 de diciembre, se cierra en principio el 12 de enero. Por lo tanto, al igual que estos accionistas visionarios a largo plazo, ¿no es hora de volver a entrar en nuestros grupos europeos, con su abundancia de atractivos y sus valoraciones por los suelos?♦