La Unión Europea puede recibir un impulso decidido para hacer realidad los proyectos pendientes, desde la unión bancaria al seguro de depósitos europeo.

Afortunadamente –para Alemania y para los demás países europeos– el vencedor socialdemócrata en las elecciones del 26 de septiembre planteó a su propio partido y a sus coaligados, Verdes y liberales, la necesidad de acelerar las negociaciones para definir los términos de un acuerdo de gobierno y reiniciar la vida política en el país (y en Europa). Los términos del acuerdo, el Koalitionsvertrag, están ya detallados a lo largo de 177 páginas. Es notable el esfuerzo del nuevo canciller por acelerar un proceso que, hace cuatro años, por ejemplo, tardó más de cinco meses en concluirse. En este número, la revista trata con cierta amplitud el nuevo panorama político que se abre en Alemania así que esta columna se limita a formular algunos comentarios sobre la personalidad del nuevo canciller y sobre varias propuestas del nuevo programa de gobierno…

Sobre el nuevo canciller. “Aunque actúa como Merkel, es un misterio … su rostro es familiar para los alemanes, pero es un camaleón”, este fue el titular de acogida a Scholz por parte del NYT [ed. Internacional, 26 nov]. Comprensible, hasta cierto punto. Como vicecanciller y ministro de hacienda, Scholz no ha tenido papel director en materias internacionales. Sin embargo muchos analistas han visto en Scholz un político responsable, gestor riguroso de las cuentas públicas que ha sabido mantener los estándares de rigor de su antecesor de la CDU, Schäuble, y cuando circunstancias dramáticas lo han exigido, ha instrumentado sustanciales programas de ayuda en favor de individuos y empresas.