Fed, BCE, BoE… Tendrán que acelerar e hilar muy fino en sus estrategias de salida para luchar contra la inflación sin poner en riesgo el ritmo de la recuperación.

Texto: Mark Holman, ceo de TwentyFour AM

Mark Holman, ceo de TwentyFour AM
Mark Holman

El programa de ‘flexibilización cuantitativa’ de la Reserva Federal -de 80.000 millones de dólares en valores del Tesoro y 40.000 millones de dólares en bonos de titulización hipotecaria (MBS) al mes- ya se está reduciendo, con 10.000 millones de dólares menos en bonos del Tesoro y 5.000 millones de dólares menos en titulizaciones hipotecarias (o Mortgages Backed Securities, MBS, en inglés) cada mes. A nuestro entender, la Reserva Federal ya debería haber terminado con el tapering, pero lo cierto es que solo acaba de empezar y lo está haciendo a un ritmo muy lento, lo que indica que tardará siete reuniones más en completar la retirada de estímulos. Teniendo en cuenta nuestro temor a que la Reserva Federal actúe con retraso, pensamos que el ritmo de reducción se incrementará en la próxima reunión del 15 de diciembre y finalizará en la reunión de marzo, dando así a la Reserva Federal la flexibilidad que necesitaría para subir los tipos antes si tuviese que hacer frente a una tasa de desempleo en rápido descenso. Preferiríamos que hubiera un intervalo entre el tapering y la primera subida de tipos. Partimos de la base de que la primera subida se producirá en septiembre, si bien la finalización de las compras de activos en marzo dejaría la puerta abierta a una subida de tipos en junio si fuera necesario. Prevemos que la primera subida en septiembre vaya seguida de una segunda antes de finales de año, lo que llevaría el límite superior del tipo de interés de los fondos federales al 0,75 %.

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