“Podemos invoca ahora los acuerdos negociados cuando la economía crecía al 3% y sin noticias de la pandemia”

Luis Alcaide
Luis Alcaide

“El cambio climático es un problema mayor que la pandemia”. “El año 2020 ha demostrado que la humanidad no está desprotegida. La epidemia ha dejado de ser una amenaza incontrolable de las fuerzas de las naturaleza; la ciencia las ha doblegado” (son afirmaciones de Bill Gates y Noah Harari). Las muertes y los contagios son en gran medida consecuencias de decisiones políticas. Vean Nueva Zelanda y Brasil, en el otro hemisferio, o China y Corea frente a los EEUU o la UE. En Alemania, el ministro de Hacienda, Olaf Scholz, tras la actuación de la Comisión Europea, la califica como una “representación de mierda”. Portavoces de la Comisión sostienen que el contrato de AstraZeneca con la UE se firmó un día antes que el cerrado por el Reino Unido. La realidad no parece que compadezca con estas afirmaciones. Londres firmó en mayo y la UE en agosto de 2020. Destacados miembros del partido de Von der Leyen han atacado la actuación de la Comisión: “negociaron demasiado tarde y fueron demasiado tacaños” (Baroja hablaría de rastacueros). Dos miembros de solera de la UE, Austria y Dinamarca, anuncian iniciativas propias… y, sin embargo, los reveses comunitarios parecen estar en vías de corregirse. La Comisión mantiene un continuo contacto con las farmacéuticas para reactivar los suministros. Las iniciativas se confirman.

La ciencia ha ganado su combate y la tecnología está ganando el suyo. La automatización hace posible la continuidad del transporte marítimo o el cultivo de las tierras. Las mercancías transportadas por mar solo se han reducido en un 4%. La digitalización permite que los negocios y la educación mantengan su actividad. Internet no se ha roto, se mantiene. Un ciberataque sería hoy una amenaza más fulgurante que la del Covid. Son observaciones de N. Harari para a continuación advertir que “la ciencia y la tecnología no pueden reemplazar a la política”. Durante la Peste Negra o la Gripe de 1918 nadie responsabilizó a los dirigentes políticos por aquellos estragos que estaban fuera de su alcance. Ahora, gracias a las vacunas y la tecnología, su responsabilidad es exigible. Los científicos trabajan globalmente pero falta solidaridad política a la hora de administrar y distribuir las vacunas. En España nos llegan con cuentagotas. En mi ambulatorio de la Carrera de San Jerónimo solo se administran 55 dosis al día, no hay más vacunas disponibles.

La ciencia y la tecnología han sorteado el virus mientras Podemos invoca ahora los acuerdos negociados cuando la economía crecía al 3% y sin noticias de la pandemia; y los independentistas catalanes siguen más preocupados por sus fantasías que por el establecimiento de una fábrica de baterías que haga posible la fabricación del coche eléctrico. Un juez catalán falla a favor de la cláusula “rebus sic stantibus”. La realidad no es la misma que cuando se firmaron los contratos. Un modesto aviso para los iluminados de Podemos y Esquerra, mientras las huestes de Puigdemont y los ultras de la CUP se mantienen fuera de la UE. Así que el Gobierno no tiene otra alternativa que tirar para adelante y hacer lo posible para que lleguen fondos comunitarios a esa nueva planta de baterías eléctricas, porque los compatriotas catalanes y europeos siguen siendo más de 6 millones.♦