“La Teoría Monetaria Moderna tiene un punto débil: los tipos nominales de la deuda pública no siempre son bajos”
“A medida que la deuda pública crece, los tipos de la deuda pública tienden a crecer, hasta situarse cerca de los de la deuda privada, que son más altos que la tasa de crecimiento del PIB. Los “spreads” de la deuda pública y privada no son inmutables en el tiempo, y paradójicamente, hay personas que parecen pensar que así es, que el cupón de la deuda pública siempre va a estar igual de bajo que lo está ahora”.
Oliver Blanchard, el francés que fue economista-jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI) de 2008 a 2015, le dirigió su tesis doctoral. Desde entonces, ambos han seguido una trayectoria similar. No en balde, los dos – Blanchard y Nobuhiro Kiyotaki – son neokeynesianos. Pero, en los últimos dos años, han roto intelectualmente.
¿La razón? La Teoría Monetaria Moderna, es decir, la tesis de que la política fiscal debe tener primacía sobre la monetaria en todo caso. Eso significa que, si hay inflación, la política fiscal se haga más restrictiva, para contener la demanda. Blanchard ha defendido la Teoría Monetaria Moderna. Kiyotaki, que da clase en la Universidad de Princeton y ganó el Premio Fronteras del Conocimiento del BBVA en 2020, opina que es una tesis frágil, que no tiene en cuenta las enseñanzas de la Historia reciente en países como, por ejemplo, España. Las advertencias de Kiyotali tienen especial valor viniendo de un ‘neokeynesiano’.