Los últimos datos y la acción de los gobiernos y los bancos centrales apuntan a que abril fue el punto máximo de la caída. “Cada día que pasa parece que la recuperación será más rápida” dice el presidente del Sabadell.

Texto: Joan Tapia (Barcelona)

Sin presupuesto para 2021 será muy dificil que la UE, el BCE y los agentes económicos confien en España.

Desde el cierre de la actividad provocado por la declaración del estado de alarma el 14 de marzo, la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, insiste en que la crisis tendrá una forma de V asimétrica: caída fuerte de la actividad al principio (marzo y segundo trimestre de este año) y recuperación tenue en el segundo semestre y más sostenida en el 2021. No obstante, no recuperaríamos ni el Pib ni el empleo del 2019 hasta el 2022.
——Esta previsión ha sido compartida después, al menos respecto a la caída del Pib, por el cuadro macroeconómico del propio Gobierno, el Banco de España, los organismos europeos (Comisión y BCE) y el propio FMI. La fase de caída de la V no es discutida. La inquietud -y no sólo para España- es si tras la fase descendente no vendría un alza asimétrica (tesis Calviño), sino que el rebote tardaría y nos encontraríamos frente a una U. O peor aún, si la caída de la actividad sería más larga y por tiempo indefinido y la crisis adoptaría la forma de una L.
——Ahora, a primeros de junio, parece que la tesis de la V asimétrica coge fuerza. Quizás un punto de referencia sean las declaraciones de Josep Oliu, presidente del Banco de Sabadell, de sólida formación económica, que el 31 de mayo no dudaba en declarar: “Cada día que pasa parece que la recuperación será más rápida” y añadía que “el peor de los escenarios ya está descartado”. ¿La L?. Oliu no pinta un escenario color de rosa ya que cree que el Pib caerá este año nada menos que un 8% pero si afirma que se trata de una crisis puntual, causada por un parón externo de la economía, y que a diferencia de la del 2008 “no requiere ajustes de desequilibrios económicos acumulados”. Al contrario que entonces, el endeudamiento privado no es excesivo y el sector financiero es solvente.

Financiarse más barato que EEUU
¿Tiene razón Oliú? Hay datos que avalan su tesis. En primer lugar, parece que el punto más bajo de la V se alcanzó en abril. El índice PMI markit, que mide la actividad en muchos países y cuyo punto de normalidad es 50, cayó en la zona euro hasta 13,6 en abril. Sin embargo, en mayo rebotó con rapidez hasta el 31,9 quedando, no obstante, todavía muy lejos del 50. Y en España el PMI subió hasta 29,2 frente al 9,2 de abril. Estos índices apuntan a que la economía española nota mas la crisis que la del conjunto de Europa pero que la tendencia es similar. La mayor caída en España se debería a la importancia del turismo , que hizo que el sector servicios cayera al 7,1 en abril y solo haya rebotado al 27,9 en mayo.
——No obstante, lo mas relevante que el índice PMI en las grandes economías europeas (Alemania, Francia, Italia y España) del mes de mayo ha sido el mejor de los últimos tres meses. La lectura sería que la actividad reemprende con cierta fuerza aunque todavía queda muy lejos de recuperar la normalidad. A medida que avance el desconfinamiento -el mes de junio será clave- la actividad se recuperaría con más fuerza.
——Los datos del mercado laboral de España en mayo también tienen un signo esperanzador ya que, al contrario que en abril, se ha vuelto a crear empleo, aunque por descontando sin recuperar las fuertes pérdidas de los dos meses anteriores. Y en Estados Unidos -donde la tasa de paro a primeros de año era del 5%- el dato de desempleo de mayo ha dado una grata sorpresa al caer del 14% de abril al 13% cuando muchas previsiones apuntaban al 19%.
——¿Cuál sería la explicación de que el punto mas bajo de la V se haya alcanzado en abril? Sin duda, el tímido inicio del desconfinamiento en mayo y las medidas decididamente keynesianas que los gobiernos de todo el mundo han puesto en práctica para aguantar la economía tras el siniestro provocado por los propios gobiernos al decretar el cierre de la actividad. En España, por ejemplo, el recurso a los ertes, que ha beneficiado a mas de cuatro millones de trabajadores, los créditos ICO a las empresas y las moratorias fiscales. Y en otros países como Alemania -en mejor situación de las cuentas públicas- las medidas de sostén y reanimación están siendo de mayor envergadura.
——En la UE el plan de recuperación propuesto por la Comisión, que tiene el apoyo de Francia y Alemania, consiste en invertir 750.000 millones de euros para luchar contra la crisis. De ellos 500.000 serían en forma de subvenciones a fondo perdido, algo nuevo que sobrepasa lo previsto en los tratados y que crea suspicacias en los países llamados “austeros”, y 250.000 en forma de créditos. Este plan está todavía pendiente de aprobación.
——Pero no se trata sólo de que los gobiernos hayan decidido “gastar todo lo posible y todavía algo más” -como encarecía la directora general del FMI- para aguantar la economía. Los bancos centrales de todo el mundo, empezando por la Reserva Federal americana y el BCE, han lanzado programas extraordinarios de compra de deuda y de liquidez para evitar que los estados, en especial los que tiene una excesiva deuda pública como Italia y España, tengan problemas de financiación.
——Y ya es una realidad la intervención permanente del BCE para evitar que las primas de riesgo (la diferencia del coste de financiación de los países respecto a Alemania) puedan implicar rupturas en la economía europea, como estuvo a punto de pasar en el 2012 hasta que Mario Draghi actuó con decisión.


“A diferencia de 2008 la crisis no requiere ajustes de desequilibrios acumulados, el endeudamiento privado no es excesivo y el sector financiero es solvente”


En marzo Christine Lagarde anunció que -con el objetivo formal de que la tasa de inflación no cayera muy por debajo del objetivo del 2%- el BCE compraría bonos, especialmente de los estados, para evitar las tendencias deflacionistas. Y de esos 750.000 millones el BCE se ha gastado ya -en sólo dos meses- 258.000 millones. Y la compra de bonos italianos (63.000 millones y 24%) y españoles (37.000 millones y 14%) es superior a la cuota de Italia y España en el BCE, lo que confirma la decisión del banco central europeo de “hacer todo lo que haga falta” para evitar que la economía europea se fraccione por las dificultades de los países más débiles de financiar el aumento del déficit publico provocado por el parón económico. Así la actuación del BCE ha provocado una relajación de las condiciones de financiación de todos los países.
——Además, el jueves 4 de junio el BCE decidió añadir 600.000 millones suplementarios a la compra de activos y extender el periodo del programa. No se trata ya de un chorro, sino de una auténtica cascada continua -1,5 billones de euros- de liquidez. Así Italia se financia ahora a diez años al 1,41% y España lo hace al 0,56%, por debajo incluso del 0,63% que pagan los Estados Unidos.

Problemas suplementarios
El sostén de los estados a las economías y la disposición de los bancos centrales a financiar el aumento del gasto es lo que explica el alza de las bolsas de todo el mundo -empezando por Wall Street- que han recuperado ya una parte sustancial de las pérdidas experimentadas la primera quincena de marzo. Pese a la fuerte tensión política -que no ayuda nada a la recuperación- el Ibex no es ajeno a esta tendencia. En la primera semana de junio -la del escándalo Marlaska originado por el cese del coronel Pérez de los Cobos- el Ibex tuvo la mejor semana en doce años y alcanzó los 7.872 puntos, por encima de cuando se decretó el estado de alarma.
——El gran interrogante es si los datos de junio confirmarán -debería ser así- la marcha hacia la V asimétrica de Nadia Calviño y si un rebrote de la pandemia en otoño no vuelve a paralizar la economía. Pero en España tenemos problemas suplementarios. El primero es que, a diferencia de lo que sucede en los grandes países europeos, el Gobierno no tiene mayoría parlamentaria y la oposición de derechas, fundamentalmente el PP, parece mas interesada en derrotar al Gobierno -sin fuerza parlamentaria para ello- que en reanimar la economía.
——Es un problema existencial. Sin presupuesto para el 2021 -o sea con los presupuestos de Cristóbal Montoro del 2018- será muy difícil que la UE, el BCE y los propios agentes económicos confíen en el futuro de España. ¿Cómo se puede confiar en un país que en la peor crisis económica desde 1939 es incapaz de tener un presupuesto?
——Luego, claro, el presupuesto, debe ser realista. Lo dijo Oliu en la citada entrevista. No es preocupante el aumento del gasto público que ahora es absolutamente necesario. Lo preocupante, lo incalificable, sería que este gasto publico -que será financiado en gran parte con la ayuda europea- fuera dirigido a políticas que no tuvieran la eficacia como objetivo prioritario. No tenemos unas finanzas públicas que nos permitan equivocarnos o incluso distraernos.♦