El banco de inglaterra quiere evitar los tipos negativos, visto el resultado en la eurozona. Lo que parecía una medida de choque dura ya 6 años y ha puesto al sistema financiero contra las cuerdas.

La depresión y la caída de la inflación -o incluso deflación- han llevado a los bancos centrales a probar un experimento nefasto: los tipos de interés negativos. Incluso Christine Lagarde habla de poner el tipo de interés de referencia en el -2%…
Esto ha sido un error por varias razones. Desincentiva la tenencia de depósitos líquidos (que lógicamente rinden cero o negativo), pero no hace a la gente adelantar el consumo, si los precios se estancan o caen. Es de suponer que se puede establecer un punto de indiferencia teórico entre el % pagado por el depositante, y el % que espera que baje el precio del producto. A igualdad de estas cifras, le será indiferente guardar el dinero en el banco y esperar que se cumplan sus expectativas de caída del precio, aunque un aumento marginal del tipo de interés devengado le llevará a preferir guardar el dinero en casa y ahorrase el depósito, según sean los costes de gestión de ese dinero en billetes.

“La banca se encuentra con un estrechamiento brutal de sus márgenes y resultados. Se descapitaliza por la necesidad de provisionar y se convierte en zombi”

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