Un año de gobierno rojiverde y liberal.
Frente a una guerra inesperada, que empobrece a Alemania, el gobierno de coalición encabezado por el socialdemócrata scholz ha hecho tres cosas: sustituir el gas ruso, frenar los precios de la energía y apoyar a la población de ingresos bajos y medios. Y en general, la economía parece estar satisfecha con la gestión de la crisis.
NO HAY MANUAL para enfrentarse a esta crisis. Pero Alemania resiste sorprendentemente bien, y sigue y seguirá siendo una potencia industrial fuerte. En eso están de acuerdo la política y la sociedad alemana. No habrá desindustrialización. No la quieren ni el Gobierno, ni la economía, ni los sindicatos. La cuestión es cómo se financiará el enorme esfuerzo necesario para evitar el empobrecimiento del país a raíz de la guerra y cómo se combinarán los dos grandes criterios de futuro: la protección climática y las necesidades de la industria. El Gobierno socialdemócrata y liberal habla de que, independientemente del debate pendiente sobre el reparto justo de impuestos, ahora el objetivo inmediato es asegurar la base económica que Alemania necesita para superar la crisis.