Texto: Muqsit Ashraf (Accenture’s Group Chief Executive–Strategy) •

“La resiliencia operativa sigue bajo presión. Las disrupciones en cadenas de suministro y producción están costando la pérdida de más del 8% de los ingresos”.

Muqsit Ashraf
Muqsit Ashraf

En un entorno tan volátil como el actual, las empresas más resilientes se asemejan a directores de orquesta que no necesitan seguir una partitura, para guiar a sus músicos en directo. No se aferran a una melodía estática: perciben el cambio, ajustan el ritmo y, gracias a la confianza que construyen en sus equipos, pueden ejecutar al instante una nueva composición. Tras cinco años de disrupción casi continua, las compañías que sitúan la resiliencia en el centro –fortaleciendo sus capacidades tecnológicas, comerciales, humanas y operativas– están mejor posicionadas para crecer. La tercera edición del Índice de Resiliencia de Accenture, basado en un análisis propio de más de 1.600 de las mayores empresas del mundo, revela que, aunque la resiliencia general ha repuntado hasta niveles similares a los de post-pandemia, persisten debilidades estructurales. La brecha entre las compañías líderes y las rezagadas ha crecido 17 puntos. Y mientras muchas aún dependen de manuales obsoletos, menos del 15% logra un crecimiento rentable y sostenido a largo plazo.

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