“El abandono de la disciplina fiscal en Alemania dispara el coste de sus bonos y contagia al resto de la eurozona, forzando al BCE a intervenir para frenar la escalada del bono italiano”

La errática política practicada por Donald Trump está desquiciando el orden mundial en todos los frentes. Desde las reglas que han venido rigiendo el comercio global hasta los fundamentos de la alianza atlántica. Su oleada de anuncios amenazando al resto del globo con la imposición de aranceles a granel está provocando un sensible deterioro en la confianza de empresas y consumidores en su propio país, amén de someter a los mercados a una auténtica ducha escocesa. De poco sirve que sus bravatas no acaben de materializarse, posponiendo una y otra vez su ejecución. La confianza se resiente de forma irremediable ante esta montaña rusa de mensajes contradictorios. Al amplificar la especulación tan bruscos vaivenes, la volatilidad y la ausencia de perspectivas mínimamente estables se traducen ya en una contracción de la inversión, huérfana de referentes fiables. Una situación que amenaza con trasladarse al empleo y al consumo, los principales pilares de la sólida prosperidad de la economía estadounidense hasta la fecha.