“Ordenar la inmigración, reestructurar el turismo y alentar las exportaciones es crucial para seguir creciendo. Pero no son los temas dominantes en la agenda”
La narrativa del gobierno sostiene que su mayor logro es la economía, “el mayor crecimiento de Europa… la creación de empleo más vigorosa…”. Es cierto; pero también es relativo; depende de los parámetros y períodos de contraste. Se trata de una narrativa cortoplacista y complaciente; pero es típica y tópica de quien tiene las elecciones en su horizonte inmediato y no quiere mirar más allá. No es la mejor narrativa para hacer propuestas de futuro exigentes que requieren esfuerzo inmediato y continuado. Es una narrativa construida con los mejores datos pero que deja de lado los menos complacientes. No hace falta ser un lince para detectar que los motores del crecimiento español de los últimos años (los de la recuperación tras la pandemia y la gran recesión) tienen que ver con la exportación, el turismo y la inmigración. Los datos en los tres capítulos de los últimos tres años explican la mayor parte del crecimiento.
La mayor parte del crecimiento del empleo está protagonizado por población inmigrante (casi millón y medio en el último trienio) que sostienen el sector turístico y el del cuidado de personas. Un dato incuestionable, constante y novedoso en la sociedad española del presente siglo. También un dato polémico, que engorda el populismo y la demagogia política. A pesar de eso la política y la gestión pública no han sido capaces en estas dos últimas de décadas de organizar las llegadas de inmigrantes, y gestionar eficazmente los permisos de residencia y trabajo. El problema actual de acogida de menores inmigrantes no se hubiera producido con una política inteligente, previsora y eficiente para la que ha sobrado tiempo de preparación. Sin una mejor organización de la acogida este motor de crecimiento puede tropezar con barreras peligrosas. Otro motor de crecimiento es el turismo que tropieza con límites de resistencia y que precisa de políticas públicas previsoras que, de momento, no se conocen. En breve se alcanzará la cota de cien millones de turistas al año, la mayor en términos relativos del mundo y una de la mayores en términos absolutos. Pero el sector tiene límites y requiere también políticas inteligentes que de momento no brillan por su presencia. El tercer motor de crecimiento (quizá el primero y más sólido) ha venido por las exportaciones que superan el 40% del PIB, una cifra inimaginable hace dos décadas. Más de 25.000 empresas exportan de forma regular, pero también muestran fatiga de materiales y no crecen como antes. Tropiezan con problema de tamaño empresarial, de burocracia púbica y de falta de presencia en la zonas más dinámicas del mundo (Asia) o con mayor potencial de crecimiento (África).
Estos tres motores del crecimiento muestran fatiga, resistencia a nuevos retos y a mantener el crecimiento. Y la economía española requiere crecimiento para mantener los compromisos con acreedores e inversores y sostener el nivel de vida de los españoles y el estado de bienestar. Ordenar la inmigración para que siga creciendo; reestructurar el turismo para aumentar los ingresos y alentar las exportaciones siguen siendo las claves del necesario crecimiento. Y me parece que no son los temas dominantes de la agenda nacional.♦