“Las sociedades comunican. Los países comunican. Los hombres comunican. Tanto si lo quieren como si no… No existe la “no comunicación” pues incluso cuando la empresa no emite mensaje alguno, ya está comunicando algo, aunque esta sea una comunicación negativa y vaya en contra de los intereses de la organización” explica el autor en el libro “Comunicación y empresa, un binomio de éxito. Medio siglo de comunicación empresarial en España” (PROFIT editorial) del que recogemos aquí el inicio del primer capítulo, “La comunicación como herramienta de gestión empresarial”
Texto: Carlos Díaz Güell (Doctor en CC de la Información por la UCM, de la que fue profesor, se inició en la sección de Economía de El País, con el equipo fundacional. Autor de varios libros, ha sido director de medios económicos y de los departamentos de comunicación de Iberia LAE o el Banco de España)
Las empresas españolas hace décadas que tomaron conciencia de que para sobrevivir tenían que dominar su comunicación. Toda empresa o entidad, tenga o no carácter mercantil, ha de construir su capital imagen exclusivo, ya que este es un valor fundamental de riqueza y de diferencia en el gran «combate» de los mercados, tanto nacionales como internacionales. La comunicación integral, global o como quiera denominarse ha terminado por convertirse en una verdadera revolución cultural que genera en el individuo, como consumidor, una relación con la empresa en donde prima un determinado sistema de valores. Para los profesionales de la comunicación el cambio ha supuesto, simplemente, un nuevo oficio, cuyos puestos de trabajo no vienen mal a tenor de las cifras de graduados que anualmente salen de las facultades de la «cosa» en España.
Esta introducción referida a la empresa es perfectamente válida si la extendiéramos a otro tipo de organismos, entidades, instituciones, asociaciones, partidos políticos, gobiernos incluidos, dado que todos ellos mantienen una relación directa, fluida e interesada con la sociedad y, por lo tanto, requieren de la comunicación en sus distintas vertientes para comunicarse con sus miembros. Hoy, en esta sociedad tan transversal, interrelacionada como digitalizada, ignorar la comunicación como instrumento de gestión no deja de ser una extravagancia.