ExxonMobil

Los accionistas que se inscriban en su Programa de Voto Minorista, aprobado por la SEC, votarán siempre, por defecto, a favor del consejo. A menos que se den de baja en el programa.


TEXTO: Ignacio J. Domingo


EL RECIÉN RENOVADO programa de Voto Minorista (Retail Voting Program, RVP) de ExxonMobil ha nacido con polémica. Hasta el punto de escalar del debate corporativo a los tribunales. Una demanda colectiva interpuesta desde el Sistema de Jubilación de Oficiales de Policía de la Ciudad de Hollywood (Florida), acusa a la petrolera de violar su deber fiduciario, y de instaurar una serie de mecanismos que, según describe el escrito de denuncia, “socava los derechos de voto de los accionistas y refuerza indebidamente el control de la dirección”.

La reclamación judicial inició su andadura pocas fechas después de que la Comisión de Bolsa y Valores americana (SEC) diera luz verde al programa, por lo que podría convertirse en todo un precedente jurisprudencial en materia de gobernanza corporativa. La demanda del fondo de pensiones de los oficiales de policía de Florida no solo cuestiona la legalidad del RVP, sino que reabre el viejo debate de hasta qué punto las firmas pueden moldear la participación accionarial minorista en su favor.

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