“La constitución le prohibe otro mandato así que tiene un año, a lo sumo dos -hasta las legislativas de 2026- para sacar adelante sus planes: una nueva bajada de impuestos, una subida de aranceles generalizada, el desmantelamiento de una parte de la política de transición energética de Joe Biden, la eliminación de regulaciones y la toma de las instituciones del Estado federal. Y solo la rebaja de impuestos precisa de una ley. En el resto puede avanzar con órdenes ejecutivas, que no precisan la ratificación del legislativo”.
HA SIDO UN TRIUNFO inesperado. Ni la propia campaña tenía clara la victoria electoral de Donald Trump y, desde luego, no esperaba que sacara más votos que la vicepresidenta demócrata Kamala Harris. De hecho, las celebraciones en Mar-a-Lago se habían ido atemperando en la dos semanas previas a las elecciones a medida que los datos del voto por anticipado iban dando signos de que Harris tenía, por lo menos, tantas posibilidades de ganar como el propio Trump. Hay que tener en cuenta que en estos comicios alrededor del 50%-55% de los votantes lo hicieron antes del 5 de noviembre, dado que en EEUU, ante la imposibilidad de cambiar la fecha de las elecciones ni realizar una reforma de la Constitución, cada vez más estados están ampliando el plazo para votar por anticipado. En Alabama, los votantes podían realizar su sufragio nada menos que desde el 11 de septiembre.