Sebastian Dullien, director del Instituto de Investigación Económica de Düsseldorf IMK y catedrático de Economía en la HTW de Berlín

“El freno a la deuda es un desastre y arriesga el bienestar alemán”

“Solo de Ucrania tenemos a 1,2 millones de personas, y la mayoría no trabaja (pero recibe la misma ayuda social que los alemanes en paro que apenas tienen patrimonio). Se necesitan recursos extraordinarios. Y Alemania podría obtenerlos del mercado sin mayores problemas. Pero el freno a la deuda anclado en la Constitución no lo permite. De ahí que defienda que Alemania debería rectificar el error político que cometió en 2009 al anclar las estrictas reglas relativas al freno a la deuda en la Constitución alemana”

Alemania no tira y se está hundiendo en el caos ideológico con un Gobierno tripartito (socialdemócrata, verde y liberal) de carácter bipolar: por un lado los ministros verdes y socialdemócratas y, por otro, los liberales. La cámara de la industria y el comercio DIHK advierte que Alemania no puede seguir así. ¿Cuál es su diagnóstico?

Pues, voy a puntualizar. La realidad es que Alemania es, entre las grandes economías de la Unión Europea, el país con menor crecimiento económico. Desde mi punto de vista, detrás de esta debilidad se encuentran dos factores claves. En primer lugar, lo sabido, que Alemania ha sufrido como nadie el golpe provocado por la crisis energética resultante del ataque bélico ruso a Ucrania. La razón es que el sector industrial tiene mayor peso en su PIB que otras economías y, además, Alemania dependía más que otros países del gas ruso en el suministro total de energía. Es decir, el tremendo choque generado por el elevado precio del gas ha afectado más a Alemania por la configuración específica de su economía. Y, en segundo lugar, aunque el Gobierno reaccionó inmediatamente tras la invasión rusa aprobando una serie de paquetes de rescate, en otoño se vio obligado a virar hacia una política financiera restringida a raíz de la decisión del Constitucional al considerar que el Ejecutivo vulneró la regla de freno a la deuda por reasignar a un fondo proclima unos 60.000 millones de euros previstos anteriormente para paliar el impacto económico de la pandemia. La nueva política de ahorro financiero del Gobierno socialdemócrata genera inseguridad y frena el crecimiento.

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