Donald Trump, Benjamín Netanyahu ...

“Solo una intervención decidida del gobierno de EEUU puede dar vida a un proceso de normalización de relaciones que Naciones Unidas reclama desde hace tiempo. iniciar el proceso sin la buena disposición de Irán entraña riesgos, y calificar como tratado de paz el documento es una afrenta para millones de palestinos”

El actual presidente de los EEUU tuvo en cuenta desde sus primeros días un problema lastrado por errores históricos: la coexistencia del pueblo palestino con el Estado de Israel. Su yerno, Jared Kushner, judío, recibió el encargo de negociar propuestas que permitieran resolver pacíficamente el problema, poniendo en juego el valor potencial de un componedor neutral que fuese capaz de ofrecer alguna fórmula pragmática para poner fin al problema, en deterioro creciente, año tras año, de unos millones de personas desprovistos de la protección de un estado. Pero Thomas Friedman [NYT, 17 sept], acierta al escribir que en pocos años Kushner ha pasado de afrontar el problema de unas relaciones razonables posteriores a un divorcio, a convertirse en gestor matrimonial de solo una de las partes.

“El gobierno israelí ha ofrecido dejar a un lado un programa de anexión territorial a costa de los palestinos, anunciado recientemente»

Pronto resultó obvio que su misión había tomado un giro diferente. Las primeras y siguientes decisiones con marchamo de la Casa Blanca – reducción del apoyo económico de EEUU a los palestinos, traslado de Embajada a Jerusalén, incorporación territorial de los Altos de Golán, construcción sobre territorio palestino de muchos asentamientos “espontáneos”– han ido revelando preocupaciones de otro orden. Había desaparecido el empeño en proporcionar un marco político propio a la población palestina. En alguna ocasión, sin embargo, fuese por desagradable ironía o por simple ignorancia, el propio presidente había anunciado al pueblo palestino que llegaría el momento en que sin duda tendrían que agradecerle las fórmulas de arreglo israelí-palestino que su yerno propondría.

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